Flores
En la costa norte de la isla, la pequeña aldea de Fajã Grande es conocida por sus piscinas naturales de agua transparente, que forman pequeñas bahías naturales y por las diferentes cascadas que sirven de telón de fondo a los bañistas. Aquí también es posible bañarse en aguas que caen de centenas de metros de altura.
Una visita obligatoria es la llamada Rocha dos Bordões, imponente formación geológica caracterizada por enormes columnas de basalto, semejante a la famosa Calzada del Gigante en Irlanda, así como varias lagunas en las zonas más altas del centro de la isla.
Separada sólo 13 millas de la isla vecina, Corvo, la mayoría de los visitantes de Flores optan por hacer una visita en una excursión de un día, para ver sus paisajes excepcionales, y subir a la cima de la caldera, que ocupa gran parte de esta isla.
Conocida por sus aguas cristalinas y por la abundancia de vida marina, debido a su relativo aislamiento en relación con las islas con mayor densidad de población, la isla de Flores presenta una gran variedad de puntos de buceo a lo largo de su magnífica costa recortada. Con bahías resguardadas, extensas grutas, grietas y cavernas de grandes dimensiones (algunas de ellas conocidas como “catedrales”, son tan espaciosas que pueden ser exploradas en barco) la isla de Flores ofrece experiencias fantásticas para los buceadores.
Entre los puntos de buceo más conocidos de esta isla están las magníficas formaciones rocosas, como la Gruta do Galo, una inolvidable inmersión en una gruta con dos salidas que proporciona recortes de luz únicos y donde los buceadores pueden salir por debajo de una cascada de agua dulce, así como la Catedral, localizada a la salida del puerto de Santa Cruz.
También hay varias bajas costeras como Baixa do Amigo y Baixa do Morro, que ofrecen excelentes encuentros con grandes cardúmenes de peces pelágicos como barracudas, medregales y jureles dentones, que pasan tranquilamente en el azul, indiferentes a la presencia de los buceadores.
Por otro lado, su relativa cercanía a la isla de Corvo permite que se visiten también los puntos de buceo de la isla vecina, en especial el mítico Caneiro dos Meros.