Bucear en las Azores
En el corazón del océano Atlántico encontramos el archipiélago de las Azores: nueve islas y un mar de emociones que esperan ser descubiertos. Las más remotas islas del Atlántico norte se encuentran a pocas horas de distancia del continente europeo y del norteamericano, ofreciendo una enorme variedad de sitios de buceo y una vida marina rica y abundante. Desde bucear en sus aguas cristalinas con el mayor pez del mundo (el tiburón ballena) a encontrarse rodeado de decenas de mantas cornudas o ágiles tiburones azules, todo es posible en este oasis de vida marina.
Su localización en pleno océano Atlántico norte, en una zona de transición entre las corrientes ricas en nutrientes provenientes del norte y las aguas cálidas de la corriente del Golfo, hace de estas islas un auténtico santuario para una gran y variada cantidad de especies marinas. Dotadas de una riqueza y de una biodiversidad marinas únicas, las aguas de las Azores son el hábitat de cinco especies de tortugas marinas, más de 24 especies diferentes de cetáceos y cerca de 600 especies de peces, incluyendo grandes cardúmenes pelágicos, varias especies de tiburones, graciosas mantas gigantes, mantas cornudas y afables meros.
A pesar de que se considera que las Azores es uno de los mejores lugares del mundo para la observación de cetáceos y el cachalote es su símbolo, cada vez más los buceadores que llegan aquí descubren que, en esta agua de temperatura suave y de visibilidad increíble, se esconden algunas de las mejores experiencias acuáticas a nivel europeo y mundial. Por encima del agua, los paisajes volcánicos del archipiélago – laderas verdes recortadas por acantilados, fajãs (lenguas de tierra sobre el mar), lagunas y cascadas donde reina la tranquilidad, la armonía, la paz y el sosiego – hacen que una visita a estas islas, consideradas en 2011 como uno de los mejores destinos de verano por la revista National Geographic Traveller, suponga una experiencia única.
Es posible bucear en todas las islas del archipiélago, que ofrecen experiencias tan diversas como buceos costeros, en naufragios o en grutas, o buceo con tiburones; y uno de los símbolos de las Azores es el buceo en montes submarinos o remotos, donde el encuentro con decenas de mantas cornudas y grandes cardúmenes de peces pelágicos son habituales. Debajo del agua, estas islas son tan diferentes como en la superficie, con tiburones ballena en una isla y tiburones azules en otra, o un naufragio de la segunda guerra mundial en una isla y restos de naufragios de los siglos XV y XVI en otra. Los buceos costeros tienen, sin embargo, algunos elementos en común. Testigos del origen volcánico de este archipiélago, las islas de las Azores presentan una costa con un relieve de fondo muy variado, proporcionando a los lugares de buceo un interés geológico añadido, con impresionantes arcos formados por flujos de lava milenarios y grutas profundas, muchas veces formadas por varias cámaras comunicadas entre sí.
La vida marina de la costa se caracteriza por la presencia de los amigables meros, curiosos cardúmenes de pampos, así como de varias especies de pequeños y coloridos nudibranquios, pulpos y morenas que se esconden entre las rocas. Los peces pequeños dan color al fondo de la roca negra, como las doncellas, fredis, fulas blancas, viejas coloradas y muchos otros. A mayor profundidad, marcan su presencia los cabrachos, los pejeperros y las tres colas, muchas veces junto al coral negro. Pero conviene no distraerse por las especies que recorren el fondo del mar, pues la columna de agua la llenan muchas veces cardúmenes de barracudas, medregales, jureles dentones: los más afortunados pueden incluso avistar una majestuosa manta cornuda, una tortuga o un pez luna. Sin embargo, los montes submarinos más distantes de la costa son sin duda el mejor lugar para avistar grandes pelágicos: a veces hay cardúmenes de miles de bonitos, grandes medregales patrullando o centenas de grandes barracudas estáticas en la columna de agua observando a los buceadores. Es en esta profundidad atlántica donde las Azores se destacan y se convierten en un destino único de buceo.
Fruto del origen volcánico de estas islas, que se extienden a lo largo de la cadena de volcanes submarinos de la dorsal mesoatlántica, existen en los mares de las Azores elevaciones de tierra que emergen de grandes profundidades del fondo oceánico (a veces superiores a los 1000 metros), y llegan a pocos metros de la superficie – los llamados montes submarinos. Algunos de ellos formaron, en otro tiempo, islas que fueron tapadas por el mar en tiempos lejanos; otros se encuentran demasiado lejos de las islas o son demasiado profundos para ser visitados. Sin embargo, los montes submarinos accesibles a los buceadores, como es el caso del Banco Princesa Alice, Banco D. João de Castro, islotes de Formigas y Banco Dollabarat, presentan una variedad única de ecosistemas marinos: una increíble abundancia de las especies más comunes del fondo marino de las Azores, y grandes cardúmenes de peces pelágicos, grupos de decenas de graciosas mantas cornudas e incluso algunas especies de cetáceos.
¡Bucee en las Azores y descubra un mar de emociones!